Trabajo en una oficina predominantemente blanca. A excepción de mí y de mi compañera, las únicas personas racializadas que hay son el personal de limpieza, de mantenimiento, conserjes y obrerxs que son mayoritariamente latinxs o de Europa del Este.
A pesar de que llevan años [¡AÑOS!] trabajando juntos y yo soy la nueva, creo que en ocasiones algunxs empleadxs racializadxs y yo hemos llegado a un nivel de complicidad y simpatía más profunda que con otrxs trabajadorxs que apenas recuerdan nuestros nombres o saben de nuestra existencia.
Ayer mismo estaba yo en nuestro despacho centrada en mi trabajo. Tenía la puerta abierta porque trataba de aprovechar que la compañera del despacho de al lado había encendido el aire acondicionado. De pronto escuché que unos compañeros se estaban alegrando por la vuelta de las vacaciones en el Caribe de uno de estos compañeros latinos.  Yo también me alegraba hasta que escuché su forma de alegrarse.

«Se habrá puesto moreno, moreno jajajaja»
«Pues a ver si distinguimos si ha tomado el sol o no, porque más moreno no creo que se ponga jajaja»
«Pero… ¿una persona negra se puede poner más negra?»
«La melanina nos afecta a todos, aunque no sé yo como va eso del sol en personas que no necesitan tomarlo»
«¿Los negros se queman al sol?»
«Fíjate lo que deben ahorrarse en protección solar»

Tres o cuatro compañerxs debatiendo su ignorancia olvidando por completo que en el despacho de al lado estaba yo y que se podía escuchar todo.

Pensé en varias ocasiones en levantarme y explicarles que sí, como todx hijx de vecinx el sol nos afecta y que no hay motivo para sorprenderse porque unx negrx no se ponga igual que unx blancx al sol, cuando no todxs lxs blancxs adquieren el tan ansiado bronceado ideal, sino que hay una gran parte que directamente enrojece o que el presidente de EE.UU. no es la única persona naranja por el uso de autobronceadores chungos.
El primer comentario que había abierto la veda a ese concurso de «¿a ver quién es más ignorante?» había sido un comentario hecho con maldad, quizás algo de envidia, y con ganas de ridiculizar a alguien por su color de piel y los demás comentarios que le seguían hacían asunciones sobre el poder sobrenatural de la pigmentación en las pieles negras. Tampoco me metí porque su conversación me estaba incomodando y mucho.
Hacía unos días, comiendo con compañeras (todas blancas) , estaban hablando de lo pálidas que estaban y las ganas de broncearse ya y una soltó de pronto «¿pero quién no tiene las piernas blancas a estas alturas?». No me pude resistir a contestarle «¿yo?». Noté que la muchacha se incomodó y se puso muy nerviosa y ese no era mi objetivo. Mi objetivo era que tuviese en cuenta que a pesar de lo que nos digan los medios, el mundo está lleno de cuerpos distintos y no todxs somos blancxs. Lo que conseguí, sin embargo, no fue que ella llegase a esa reflexión, sino que siguiera creyendo lo mismo pero que no se atreviese a expresarlo delante de PoC.
Recordando esto, decidí no decirles nada a lxs que estaban en el despacho de al lado. Sinceramente, no parecían estar buscando respuestas reales a sus dudas. De estar buscándolas le preguntarían a la persona en concreto o a mí, o buscarían realmente las respuestas en libros especializados o en páginas fiables de internet. Por otra parte, tampoco quise corregirlos por el desgaste que este tipo de situaciones producen en mí y porque el trigger sobre colorism a raíz de la advertencia de las madres y figuras femeninas en niñas de color (no únicamente negras) sobre no pasar mucho tiempo al sol para no ponerse más negras es real.

sun
En verano, por encima del calor, lo que más odio son son los comentarios ignorantes disfrazados de bromas sin gracia relativas al sol y a mi color de piel. Son las personas que creen que su imagen como «graciosillos» está por encima de mi autoestima. Son las personas que como adultas caen en este tipo de comentarios con criaturas tan vulnerables como lxs niñxs sin pensar en el daño que pueden hacer estos comentarios. Son las personas que se ofenden y no les ríes las gracias cuando les indicas que te resulta ofensivo que se rían de tu color de piel. Son las personas que dicen «me voy a poner como tú», cuando en realidad nadie desea llegar a mi tono oscuro.
En verdad no sé por qué me sorprende que haya gente que haya pasado una cantidad de tiempo considerable escolarizada y que no tenga ni idea de este tipo de cosas. No sé si culpar a la falta de interés por formarse en este tipo de cosas; a los medios [buscad «bronceado» o «tan» en google images y valorad la proporción de cuerpos normativos blancos o racialmente ambiguos, el blackface y otros cuerpos no-blancos]; o a la formación académica en un país en el que tres de cada 10 personas creen que el Sol gira alrededor de la Tierra o una de cada dos personas cree en los beneficios de la homeopatía.

 

Deja un comentario